Autor: Abdulmalik Moreno para Red Coran
EN EL NOMBRE DE AL-LAH EL INFINITAMENTE MISERICORDIOSO, EL PROVEEDOR DE COMPASIÓN
En el ideario colectivo musulmán está en que el Islam tan sólo puede comprenderse y realizarse a través del Corán y la Sunnah, una afirmación que de ser puesta en duda automáticamente el dudoso es tachado hereje, innovador y otros apelativos sujetos al nivel de fanatismo del acusador.
Cuando se pregunta ¿qué es la sunnah? se suele responder que es aquello que el profeta, sobre él la paz, hacía o la manera en que él procedía, el problema surge cuando se trata de profundizar en este asunto pidiendo cosas concretas donde hay un amplio despliegue de respuestas que no llevan a ninguna parte. Desde la barba a hacer ciertos rak´a antes y/o después de cada oración, comer con la mano derecha o decir ciertas fórmulas de ruego ante una u otra circunstancia de la vida cotidiana. Lo cierto es que cada grupo, y no son tan sólo 73 como afirma el famoso hadiz empleado por los salvados para condenar al resto, sino que son una infinidad incalculable, explicarán la sunnah de una manera distinta a otros donde unos le darán más importancia a unas cosas en detrimento de otros, en definitiva, un concepto difuso empleado por una mayoría que no está de acuerdo en lo que realmente es.
Los sufis dirán que la sunnah es tal cosa que resultará distinta a la que expondran los versados en leyes que a la vez será distinta de la exposición salafista y está será distinta a la que exponga el hadicista y ésta del shi´a que será distinta del Ahdadí y así sucesivamente.
El motivo de toda variedad de pensamientos y grupos, los cuales afirman seguir lo mismo es debido en tratar de seguir aquello que no hay que seguir y que en este caso es la figura del profeta o más bien, seguir aquello que nos ha llegado a través de infinidad de relatos, muchos de ellos insultantes hacia su persona y otros incoherentes entre sí, con lo que a todas luces, esa unión a la que todos y cada uno de esos grupos llama se torna una utopía en muchos casos y un mal sueño en otros.
Al-lah deja claro que el profeta, sobre él la paz, aunque hubiese gastado toda la riqueza que hay en la tierra no hubiese podido, de ninguna manera, unir los corazones de la gente y que tan sólo Dios es el que tiene la capacidad de hacerlo. Pero no queda ahí la cosa sino que añade que Al-lah es suficiente tanto para el mismo profeta como para aquellos que le siguen tal y como afirma el mismo Dios en la sura Al Anfal en las aleyas 63 y 64;
...aunque hubieras gastado todo lo que hay en la tierra, tú no habrías sido capaz de unir sus corazones: pero Dios los ha unido. En verdad, Él es todopoderoso, sabio. (63) ¡Oh Profeta! ¡Dios es suficiente para ti y para los creyentes que te siguen! (8:64)
No hay aleya alguna en que Dios pida a los creyentes que sigan al profeta y ni mucho menos que coman como comía él, durmiesen del lado en el que él dormía o que vistan de la manera en la que él vestía que por cierto no había diferencia en cómo vestían sus conciudadanos creyentes o no creyentes, sino más bien pide que se siga a Dios y al Mensajero y no al profeta a pesar de reacaer en la misma persona puesto que son roles distintos, al Mensajero tan sólo le incumbe la trasmisión y seguimiento de aquello que le es inspirado desde las más Altas Instancias mientras que el rol profético de Muhammad, sobre él la paz, fue la de dirigente de su gente en su época ya que es el Mensaje el que está protegido por Dios y ningún otro relato.
Tiende el ser humano a idealizar a otros hasta el punto de desvirtuar la figura del idealizado elevándolo hasta el punto en que solo Dios debe ser elevado, al igual que tiende a amar a otros con un amor con el que sólo Dios es digno de ser amado. Seguir al mensajero es seguir aquello que le fue inspirado, que es eterno y contiene una guía precisa, exenta de errores y elucubraciones. En cambio seguir algo que es interpretado de múltiples maneras hasta el punto de crear una terrible y palpable división, es seguir el error y la confusión.
¿Alguien en su sano juicio puede afirmar que Dios ha inspirado a personas para que llamen a la humanidad a dejarse la barba, coman con la mano derecha o hagan ciertos rezos?, ¿no son claras las aleyas que llaman a la protección del huérfano y el desvalido? ¿no son claras las que llaman a ser justos unos con otros, a que no haya rivalidad ni abuso y las múltiples que llaman a la taqwa siendo el obrar de manera justa lo más cercano a ella?
¿No nos basta con tener nada más y nada menos que la mismísima palabra de Dios plasmada en un Libro claro que se explica a sí mismo?
Hagámos como el profeta haciendo que Dios nos sea suficiente como le fue suficiente a él, Dios le bendiga y bendiga también a aquellos que siguen al Mensajero.
P.D La oración no se aprende a través del hadiz sino que uno lo aprende de otros ya que es práctica y no teoría.
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