Autor: Umar Matatsing
El desorden con el que se tratan los temas, el uso del masculino en lugares donde no debería existir género, los cambios continuos de plural a singular, los saltos de pasado a presente pasando por el futuro, la extraña repetición de términos en un mismo versículo, las frases inacabadas, etc.
Quien pretenda interpretar el texto coránico basándose en lo que hoy entendemos como “normas gramaticales”, lo lleva mal. Esto es una realidad.
Pero que nadie se desespere por este asunto, pues hay que saber que si el Corán respetase las estructuras y limitaciones gramaticales sería ello una prueba definitiva de que no fue revelado por el Creador.
La lectura de cualquier tratado sobre religión o filosofía nos muestra las creencias, conocimientos, capacidades e incluso el estado de ánimo de su autor desde una estructura gramaticalmente correcta -o por lo menos, aceptable-, la cual se encarga de unir y dar sentido a todos los elementos de la obra. Si bien podemos estar más o menos de acuerdo con el pensamiento del autor, siempre observaremos una coherencia en la estructura.
Entonces, ¿cómo afrontar que la Revelación del Creador sea un Libro sin estructura coherente? Podemos responder con una pregunta muy sencilla: ¿acaso es coherente la estructura del ser humano?
Intentemos analizar nuestra psique, alma o esencia -pongamos aquí el nombre que más nos guste- junto a nuestro comportamiento habitual, y veremos que nunca escapamos a la mezcolanza de opuestos e inconexos que forman nuestra realidad. Fijémonos en cómo la oscuridad y lucidez se suceden en nuestro interior, o en cómo algo que nos produce odio al mismo tiempo nos causa deseo, o incluso en el modo en que nuestras decepciones y esperanzas condicionan nuestras decisiones haciéndonos parecer niños. ¿Qué podemos deducir de todo ello? Usamos el término “deducir” porque no somos capaces de alcanzar certeza alguna sobre estos temas. La situación de desamparo en la que nos deja el alma solo nos permite establecer como certeza la necesidad que de nuestro Creador tenemos.
Y es gracias a esa única certeza que nos acercamos al Libro.
Que nadie tenga ninguna duda de que Allah ha estructurado el Libro atendiendo a las necesidades de la naturaleza humana. El hecho de que el Corán se desentienda de las complejas normas gramaticales e interpretaciones impuestas por el hombre en momentos concretos de la historia se debe precisamente a la coherencia del Creador, que teniendo en cuenta nuestro funcionamiento interno más profundo, reveló el Sagrado Corán para que podamos poner orden en él.
Basta un análisis superfluo de los fragmentos y copias coránicas que se han conservado a lo largo de los siglos para darnos cuenta de que toda interpretación del Libro basada en estructuras académicas muestra las mismas dificultades que cualquier interpretación basada en las tradiciones culturales. No podía ser de otra manera, ya que ambas son construidas desde la incoherencia humana.
-La búsqueda de la unidad como herramienta para interpretar el Libro.
¿Cómo enfrentarse, pues, al problema de la interpretación? La Revelación Divina tiene que entenderse como un tratado sobre la unidad, pues incluso con sus incoherencias, es fácil entender que nuestro único objetivo es alcanzar la unión. Por ello, solo en la búsqueda de la unidad podemos acceder al conocimiento que otorga Aquel que representa la Unidad Absoluta. No es una teoría, es la Palabra de Allah.
Para alcanzar la unidad, lo primero que hace falta es querer unir.
Cuando el ser humano busca con todas sus fuerzas unir -lo que sea, pero unir- aparece en él un conocimiento que le posibilita la interpretación de los signos en el horizonte y dentro de sí mismo. A través de este conocimiento es capaz de comprender que las circunstancias cambiantes que le rodean no son más que posibilidades que le obligan a esforzarse aún más en su búsqueda de la unidad, la cual le muestra -de forma intermitente- que solo en ella se obtiene sosiego. También entiende que el sectarismo religioso con su caos y sinsentido debe existir, pues de lo contrario el esfuerzo por establecer la unidad generadora de paz y orden que representa la Revelación no tendría sentido alguno. Y es este conocimiento adquirido en la unidad el que le permite entender que la esencia del Mensaje está en cada una de sus palabras, y que éstas toman su sentido a partir de raíces que han sido establecidas por unanimidad -tanto en su forma como significado- por quienes anteriormente recibieron el conocimiento que siempre otorga la búsqueda de la unidad.
Ejemplos sobre esta cuestión no se acabarían nunca. Cada uno de ellos encierra la enseñanza básica de que el esfuerzo por acercarse a la unidad nos conduce siempre a la esencia de la Verdad; y que no tener en cuenta dicha unidad nos devuelve a la conjetura y suposición típica de la incoherencia humana y su esencia.
-Aspectos a tener en cuenta antes de empezar a interpretar.
Después de establecernos en la búsqueda sincera de la unidad, debemos tener en cuenta algunos aspectos básicos antes de realizar cualquier interpretación del Mensaje. Utilicemos el versículo 2:62 como ejemplo:
“Los creyentes, los judíos, los cristianos, los sabeos, quienes creen en Allah y en el último Día y obran bien, ésos tienen su recompensa junto a su Señor. No tienen que temer y no estarán tristes”
Cualquiera que sepa leer y tenga un mínimo de inteligencia puede entender el significado básico de este versículo:
independientemente del grupo al que pertenezcamos, la creencia en Allah, en el último Día y las buenas obras nos aseguran la recompensa de nuestro Señor. Además, seremos librados del temor y la tristeza.
Esta interpretación nace de la sencillez y la lógica, dos elementos que siempre acompañan a la esencia de la Verdad, y que todo el mundo posee en mayor o menor medida. Ahora bien, si profundizamos un poco más, nos damos cuenta de que el versículo, en su totalidad, está construido con la forma del masculino, y que además hace referencia a la creencia en el Día del Juicio, es decir, a un suceso que no se dará hasta que dejemos este mundo. Surge la duda de si el temor y la tristeza se acabarán en esta vida o en la otra.
Si atendemos a otras partes del Corán donde aparecen cada uno de los términos que se dan aquí, nos damos cuenta de que podemos provocar variaciones en la interpretación de este versículo. Sin embargo, cualquier nueva interpretación no debería alterar el fundamento esencial que todo el mundo logra reconocer gracias a la sencillez y lógica que presenta la construcción del versículo. Intentar anular dicho fundamento significa caer en la superchería propia de la religión y las estructuras de conocimiento creadas por el hombre.
¿Como interpretar el Libro sin caer en este peligro? Se pueden establecer varios métodos, aunque todos ellos deben tener en cuenta la búsqueda de la unidad, pues de lo contrario nos estaríamos cerrando al conocimiento que otorga Aquel que representa la Unidad Absoluta.
Uno válido sería el de iniciar toda investigación contestando a preguntas que, siguiendo la lógica coránica, deberían ser fáciles de responder. Con este sencillo paso desaparecerían ya una gran parte de las incoherencias que observamos en las interpretaciones tradicionales. A continuación, analizaríamos el sentido básico que encierra la raíz de cada término para después establecer vínculos con aquella partes del Libro donde aparecen esas mismas raíces, demostrando con ello que estamos aplicando el tipo de conocimiento que proporciona la búsqueda de la unidad. Este sencillo método nos ayudaría a establecer una base sólida con la que identificar si las nuevas interpretaciones que puedan ir surgiendo se acercan o alejan de la esencia del Mensaje.
Algunos dirán que esta metodología permite la interpretación que más le conviene a cada uno. Esta ingenua afirmación, al igual que muchas otras, se disipa en cuanto uno estudia la Revelación en su conjunto, es decir, desde la unidad. Desde allí se observa con claridad que el Corán deja lugar a la interpretación, pero siempre dentro de espacios delimitados por una estructura sólida e inamovible, creada para hacer añicos cualquier extraña ambigüedad que pueda aportar la incoherencia del hombre. Debemos saber que esos pequeños márgenes son los que permiten que la capacidad intelectual del ser humano tome su puesto junto a la Revelación para hacer frente a nuestro propio proceso evolutivo.
-Preguntas y respuestas.
Contestemos a unas sencillas preguntas relacionadas con el versículo 2:62 y reflexionemos un poco:
-La estructura gramatical nos enseña que el versículo va dirigido exclusivamente a los hombres, pues la forma del masculino aparece en la totalidad del texto. Por tanto, ¿qué ocurre entonces con las mujeres? El uso del masculino, dentro de la estructura coránica, no se puede aplicar como género porque la mujer quedaría excluida de ese grupo de creyentes a los que Allah ha encomendado funciones para poder salvar su alma. Es imposible establecer que el género masculino haga referencia exclusivamente a los hombres. Mucha gente no sabe que todo lo que guarda relación con lo masculino dentro del Corán se puede interpretar como aquella parte de la sociedad que posee capacidad para actuar, o incluso como aquella gente que pone su intelecto al servicio de la Revelación para establecer el bien en este mundo. Existen posibilidades, algunas de ellas muy válidas, algo que demuestra que la incoherencia del hombre nace de su incapacidad para observar el contexto coránico. No existe incoherencia alguna cuando se busca desde la unidad.
-Los dinosaurios se extinguieron de la faz de la tierra, ¿qué ocurriría si un día también dejase de existir el judaísmo o el cristianismo tal como lo entendemos hoy? Muy sencillo: el Corán dejaría de tener validez. Y esto es algo imposible, pues el propio Libro nos informa de que Allah es Quien protege la Revelación hasta el final de los tiempos. Llegado el caso de que se extinguiesen las religiones, el Corán seguiría teniendo validez, pues el diseño de su estructura está preparado para soportar cualquier alteración que pueda provocar la ignorancia humana.
-Observamos que la raíz del verbo “amana” se repite en el mismo versículo, ¿se nos está pidiendo que creamos dos veces? No. Sabemos que de la raíz del término se forman palabras que guardan relación tanto con la creencia como con la acción. Por tanto, estamos obligados a entender que cada uno de los términos establece una cosa distinta. No hacer esto significaría que estamos interpretando el texto de forma incoherente.
-No tenemos información fidedigna sobre quienes eran los “sabeos”, ¿es posible que el Corán nos hable de una religión sin que podamos nosotros conocer en qué consistía su creencia? No es posible. El término tiene que estar haciendo referencia no solo a un grupo religioso del pasado, sino a algo que podamos comprobar o establecer con claridad y de forma sencilla en nuestros días. Y que esta reflexión no se confunda con el pensamiento de quienes aseguran que los profetas no existieron, es decir, que sus nombres solo representan formas simbólicas dentro de una parábola que nos quiere enseñar algo; pues si bien es cierto que de sus nombres o peculiaridades se pueda extraer mucha información -algo que ni imagina el estudio tradicional-, esto no representa prueba o evidencia de que no existieran. Ese tipo de argumentos se puede refutar con facilidad desde el propio Corán.
Si alguien insiste en buscar a los sabeos una identidad religiosa, no debería fiarse en absoluto de las fuentes históricas, pues en este tema solo existe suposición y conjetura. Sería más fiable y útil tener en cuenta el contexto coránico: en este versículo los sabeos aparecen junto a otras entidades de carácter monoteísta, lo cual nos permite interpretar que el ya desaparecido grupo, a día de hoy, sería la representación de cualquier secta monoteístas distinta al Islamismo, Judaísmo o Cristianismo.
-Breve análisis de las raíces.
Busquemos ahora el sentido básico de las raíces que forman los términos que aparecen en el versículo 2:62:
-allathina amanu (a-m-n) los creyentes
Generalmente se piensa que esta expresión hace referencia a “quienes creen”, pero debemos saber que ese no es su significado principal. La raíz (a-m-n) encierra tres conceptos básicos:
“quien por su honestidad se gana la confianza de los demás”; “proporcionar paz y seguridad”; “verificar una cosa”.
A partir de estos conceptos se crean términos relacionados con “una persona de la que no se espera debilidad ni cambio de actitud negativo”; “una camella en la que se confía por su robustez y fortaleza”; “honradez, sinceridad, lealtad e integridad”; “pacto o garantía de seguridad”; “tomar la responsabilidad de proteger a alguien”; “guardar”; “ayudar”; “reparar”; “alentar”; “dar paz a alguien”; “liberar a alguien de la preocupación y el malestar”; “autocontrol”; “tranquilidad mental o espiritual”; “sembrar la tierra”; “certificar”; “reconocer de forma sincera, de corazón”; “certeza”; “firmeza”; “intrépido”; “inaccesible o impenetrable”.
Así pues, el verbo “amanu” describe también una acción, y no solo una creencia o rasgo de la personalidad. Más tarde veremos que se repite en el versículo con la forma “amana biallahi”.
-wallathina hadu (h-w-d) los judíos
La raíz (h-w-d) tiene el sentido básico de: “regresar”.
Con este concepto se construyen expresiones relacionadas con “volver al deber”; “arrepentirse y retomar el buen camino”; “reconciliarse con uno mismo”; “solemnidad”; “cautela”.
Las acepciones de esta raíz también forman opuestos, como “acelerar o disminuir”; “ir del mal al bien o del bien al mal”. Esto nos permite establecer que la naturaleza de “hadu” representa la acción de “marcharse” y “regresar” de forma continua. Así pues, no debe extrañarnos que también se incluyan entre sus acepciones “el arte de cantar o dedicarse al espectáculo”; “provocar intoxicación”; “estado de embriaguez que debilita al individuo y le obliga a dormir”.
Curiosamente, Hud, el nombre del enviado al pueblo de los Ad, se forma con la misma raíz que “hadu”; pero por tratarse de un profeta de Allah, no podemos atribuirle los rasgos negativos que se ocultan tras esta raíz. Este forma de definir conceptos es otra peculiaridad de la interpretación coránica, que solo aparece cuando se busca la unidad.
-walnasara (n-s-r) los cristianos
El significado básico de la raíz (n-s-r) es: “dar cosas buenas”.
Este concepto sirve para formar términos que guardan relación con “proporcionar el sustento”; “obtener la victoria y el poder sobre”; “defender”; “dar asistencia”; “ayudar a alguien contra algo o alguien hasta las últimas consecuencias”; “regalar”; “lluvia que hace crecer la vegetación de una tierra”; “corriente o canal de agua que desemboca en un valle lejano”.
Si bien la esencia de “nasara” es favorecer a los demás, debemos saber que desde algunos contextos coránicos se nos informa que dicho término, al igual que “hadu”, cuenta con algunos aspectos negativos que no podemos ignorar. Se trata, principalmente, de asuntos relacionados con la acumulación de riquezas y el mantener oculta información de interés general.
-walsabina (s-b-a) y (s-b-w) los sabeos
Este término se puede construir desde dos raíces que se solapan entre sí. La primera de ellas (s-b-a) tiene el sentido básico de: “aparecer o hacerse evidente”. Entre sus acepciones principales encontramos términos que tiene que ver con “emerger”; “salir a la luz”; “aparición de los dientes”; “cambiar de religión o filosofía de vida”; “sublevarse”. La segunda raíz (s-b-w) encierra el significado básico de “atracción o inclinación hacia”. A partir de este concepto se crean expresiones relacionadas con “una acción que está motivada por un impulso en lugar de una reflexión”; “enamoramiento”; “comportamiento infantil”; “juventud”; “insensatez”; “ignorancia”.
Debemos saber que el Corán posee una gran cantidad de palabras que pueden construirse desde dos raíces. Por ello, atender al contexto y a la información general que nos proporciona el Libro es vital para establecer qué acepciones tomar y cuales rechazar a la hora de establecer posibles interpretaciones; esto en lo que se refiere a las acepciones. Cuando lo que buscamos es establecer el sentido básico del término, debemos siempre tener en cuenta el significado básico de las dos raíces que lo componen. El fenómeno de las dos posibles raíces para un solo término no proviene del error o la duda humana -como algunos piensan- sino de la coherencia del Creador, que en estos casos nos muestra las dos funciones o características esenciales que se dan en un solo ente junto a sus posibilidades.
-amana biallahi (a-m-n) quienes creen en Allah
Esta expresión describe el primero de los tres principios básicos que, según el versículo, han de proporcionar al ser humano su salvación. Por ello es importante elaborar correctamente su significado, pues de lo contrario nos quedaremos sin comprender los otros dos.
Por una parte, ya hemos señalado que el verbo “amana” describe tanto acción como creencia; y en este caso, la acción debe estar relacionada de forma obligatoria con aquellos preceptos que aparecen en el Corán. De no ser así, no habría hecho falta la Revelación.
Por otra, el Libro nos ha informado de que todos los seres humanos reconocen a Su Creador cuando se les pregunta por las evidencias de la Creación; incluso el mismísimo Satanás, en el momento de la Verdad, nos revela que siempre reconoció en Allah a su Señor.
Esta es la razón por la que el Corán utiliza el término “kafir”, cuyo significado es “quien oculta o aparta la Verdad para poder obtener un engañoso beneficio” en lugar de “incrédulo”.
Queda claro entonces que todo el mundo cree en Allah. Por ello, debería ser obvio que una simple “shahada” no puede representar la salvación del individuo.
Dicho esto, debemos recordar que el significado de “amana biallahi” no se puede entender correctamente sin los otros dos principios que exponemos a continuación.
-walyawmi (y-w-m) alakhiri (a-kh-r) y en el último Día
El último Día -o día del Juicio- es mencionado a lo largo del Corán con distintas fórmulas, cada una de ellas en determinado contexto que nos permite añadir o variar sentidos a este concepto, siempre y cuando respetemos los límites de la estructura coránica.
La primera raíz (y-w-m) cuenta con dos sentidos básicos: “periodo de tiempo indeterminado”; “algo transcendental”. La segunda raíz (a-kh-r) encierra dos significados básicos: “que sigue a algo pero que no es seguido por otra cosa”; “último”.
El hecho de que esta expresión aparezca enlazada con la anterior -la cual incluye el término “amana”- hace que la entendamos como un conjunto, es decir “que además de creer en Allah, también se cree en el Juicio Final”. Si bien esto es Verdad, no podemos calificar de “completa” dicha interpretación, ya que no tiene en cuenta que “yawmi alakhiri” es aquí un principio básico que no puede desligarse de los otros dos. ¿Dónde está el problema? La tradición nos enseña que ese día solo ocurrirá en la otra vida. Sin embargo, la expresión también puede interpretarse -cuando se entiende como principio básico- como “el periodo de tiempo en el que una persona lleva a cabo una función transcendental, que finaliza con la muerte del individuo en esta vida”.
Esto se entenderá mejor cuando completemos el análisis de los tres principios básicos.
-wamila (a-m-l) salihan (s-l-h) y obran bien
Por lo general, esto se entiende como “buenas acciones”. Pero la necesidad de esclarecer el significado de los otros dos principios básicos nos obliga a buscar más detalles sobre los términos que componen esta expresión.
La primera raíz (a-m-l) tiene el sentido básico de: “acción que es precedida por una intención”. Con ella se construyen términos como “actuar con un propósito; “llevar a cabo con conocimiento”; “actuar de forma metódica”; “acción continua y sin interrupciones”.
Si tenemos en cuenta los otros dos principios básicos, dicho término nos indica que se trata de una acción que viene determinada por una intención que nace de la certeza en Allah y el conocimiento de Sus Preceptos. También queda claro que no se trata de acciones esporádicas, sino de actos que tienen una continuidad.
La segunda raíz (s-l-h) tiene el sentido básico de “estado o condición perfecta”. Los términos que se forman con esta raíz nos ayudan a esclarecer qué encierra este último principio básico: “establecer algo de forma adecuada o correcta”; “cuidar bien a una persona o animal”; “sanar”; “reparar”; “crear equilibrio o estabilidad”; “poner en orden”; “armonía y concordia”.
Así pues, “wamila salihan” debe interpretarse como las acciones necesarias para ordenar, cuidar, sanar o reparar todo aquello que tenga que ver con nosotros y las demás criaturas. De este modo se consigue que el equilibrio, la armonía y la concordia se establezcan en todas partes. Esta definición encierra la función del ser humano en la creación, según nos ha explicado el Libro.
-falahum ajruhum (a-j-r) ésos tienen su recompensa
La raíz (a-j-r) tiene el sentido básico de: “pagar”; “reparar los huesos fracturados”.
A partir de ella se construyen términos relacionados con “retribuir”; “compensar”; “pagar un salario por el servicio realizado”; “restablecer”; “curar”; “fijar un hueso roto”.
Tanto la raíz como el contexto nos dejan bien claro que se trata de una retribución por cumplir con los tres principios básicos, es decir, por llevar a cabo un esfuerzo en el nombre de Allah.
El Corán nos ha enseñado que la entrada al paraíso está supeditada a la acción, y no solo a la fe de la persona. Las acciones son las que confirman si la creencia es auténtica.
-ainda rabbihim (r-b-b) junto a su Señor
La raíz (r-b-b) encierra los sentidos básicos de “cuidar y embellecer una cosa”; “estabilidad permanente”; “unir una cosa con otra”. En su grado más elevado encontramos que esta expresión hace referencia a un atributo de Allah, el de “Señor”. Gracias al Corán sabemos que para conseguir nuestros objetivos debemos adoptar, como humanamente sea posible, los atributos de Allah a nuestro carácter y conducta.
No hace falta explicar que ningún ser humano, por muy iluminado que se vuelva, tendrá jamás acceso, poder o vínculo junto a Allah. Si alguien alcanzara ese estado, no necesitaría el Libro; además, tendría un grado mayor que el de los propios mensajeros, quienes vivieron estableciendo cada uno de los valores y preceptos que dicta la Revelación. Recordar nuestra condición de criatura es suficiente para enterrar éste y otros asuntos que están relacionados con la fantasía humana.
Siguiendo la línea de nuestra interpretación, la “recompensa junto a su “rabbi” consistiría en la protección, estabilidad y unidad en esta vida como recompensa a la aplicación de los tres principios básicos. En la otra vida, representaría una retribución que no podemos ni imaginar. Nuestra condición de criatura unida a nuestra limitación actual nos lo impide.
-Si bien las raíces de los términos khawfun (kh-w-f) temor y yahzanoona (h-z-n) tristeza cuentan con el mismos significado básico: “preocupación”; debemos saber que los derivados que se forman con cada raíz son muy distintos. De la primera ráiz (kh-w-f) se construyen términos relacionados con “confusión”; “estar preocupado por lo que ha de suceder en el futuro”; “temor”; “camino temido por la gente a causa de los ladrones que deambulan por la zona”; “inseguridad”; “consumirse de forma gradual”; “guerra”; “acto indigno”. Así pues, podemos establecer que la expresión hace referencia a un temor que nace de la preocupación por aquello que nos deparará el futuro, la inseguridad y el miedo natural a sentir dolor físico.
Los términos que se construyen a partir de la segunda raíz (h-z-n) están relacionados con “estar preocupado por el sustento diario”; “problemas económicos”; “tierra sin vegetación”; “llanto”; “pena”; “desorden”; “inquietud”; “dureza en el carácter”; “infelicidad”. Por tanto, la expresión hace referencia a un tipo de tristeza que nace de la preocupación por el sustento y el bienestar, que provoca alteraciones en el individuo e impide que alcance la felicidad.
-Posibles interpretaciones.
Teniendo en mente un perfil de persona pacífica y segura de sí misma, podríamos interpretar que el versículo está diciendo que:
“Quienes establecen la paz y seguridad, quienes se arrepienten, quienes ayudan a los demás, quienes abandonan las creencias del pasado; quienes su certeza en Allah y en el último Día les haga esforzarse hasta las últimas consecuencias para implantar el bien sobre la tierra -al modo que indica el Corán- ésas personas conseguirán restablecer la protección, estabilidad y unidad como retribución de su Señor por sus esfuerzos. Esas personas no sienten preocupación por su integridad física ni por cómo habrán de sustentarse”
Si en su lugar, pensamos en personas que poseen un carácter más rudo, podríamos interpretar que el versículo está diciendo que:
“Quienes basan su fe en la firmeza de carácter y por ello se muestran inaccesibles; quienes están en un estado confuso que les hace creerse superiores a los demás; quienes poseen un carácter que les obliga siempre a imponerse; quienes muestran una actitud infantil fruto de su intenso anhelo; quienes crean en Allah y en el último Día, y lleven a cabo buenas acciones -al modo que indica el Corán- ésas personas estarán cerca de la gracia de su Señor, por lo cual dejarán de sentir la confusión y la tristeza que ahora les invade”
-Conclusión.
Existen muchas formas de interpretar este versículo. Debemos saber que algunas de ellas cambiarían la comprensión y significado de los términos aquí expuestos. Por ejemplo, el Corán nos aporta en otros lugares del texto valiosa información sobre cómo son los Judíos, los Cristianos e incluso los propios “Musulmanes”. La estructura coránica nos hablará de comunidades religiosas mientras éstas formen parte de nuestra realidad. Y si la religión, tal y como la entendemos hoy, desapareciese a causa de la evolución del ser humano, seguiríamos contando con otras perspectivas que nos ayudarían a interpretar correctamente todos y cada uno de los términos que ahora entendemos hacen referencia a la religión. Hemos señalado algunos ejemplos en este trabajo.
La posición del individuo frente a las circunstancias de su tiempo determinarán el enfoque y utilidad que cada uno pueda o quiera darle a la Revelación. Aún así, la esencia del Mensaje jamás cambiará ni aceptará ningún tipo de incoherencia. El versículo 2:62 encierra una Verdad que nunca dejará de tener validez:
La certeza en Allah y en el último Día junto a las buenas acciones siempre nos darán resultados positivos.
No existe ni existirá interpretación basada en el Libro que pueda acabar con esta Verdad. Su esencia abarca los tres únicos temas que se repitan constantemente en la Revelación: Unidad, Justicia y Acción.
Todo lo que hemos expuesto sobre el versículo 2:62 se puede aplicar a cualquier otro versículo del Mensaje, pues aunque se seguirá entendiendo como un texto incoherente, la estructura coránica es tan perfecta y armoniosa que permite establecer la Verdad desde cualquiera de sus infinitas perspectivas y posibilidades.
Nuestra naturaleza no dejará de ser incoherente con el paso del tiempo; por ello es necesario que en cada época establezcamos puntos de partida para alcanzar la certeza.
La sincera búsqueda de la unidad es la herramienta que nos proporcionará el conocimiento necesario para encontrar la esencia de la Revelación en cada momento de nuestras vidas.
Y no hay deidad sino Allah.
Las paz sea sobre todos vosotros.
Comments