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Writer's pictureRed Corán

No hay castigo en la tumba

Updated: Jul 24, 2020

Traducido por Xavier Jiménez Sánchez del Original "There is no punishment of the grave" extraído de Quranic Path



El concepto del Día del Juicio en el Corán gira en torno a juzgar si una persona merece la eterna sentencia del Infierno o si es candidato para la eterna felicidad de los Jardines. No puede haber un castigo sin primero haber un juicio. Exacto como en el mundo, no sentenciamos a nadie sin antes enviarlo a los juzgados. El Día del Juicio es el día en el que cada hombre y mujer será juzgado antes de ser enviados a su morada final.


“Cada alma deberá probar el sabor de la muerte: Y solo en el Día del Juicio recibirás tu total recompensa. Solo quien es salvado lejos del Fuego y admitido en el Jardín será de los victoriosos: Porque la vida de este mundo no es más que el disfrute del engaño" (Corán 3:185)


El Corán, girando alrededor de unos seis mil versículos con el tema principal del Cielo y el Infierno, no describe la figura de un cuerpo fallecido siendo castigado dentro de su tumba antes del Juicio Final. Un creyente en los versículos del Corán encontrara esta cuestión muy absurda. Dios siempre hace un especial hincapié sobre el castigo a los que niegan que su camino será diferido al Mas Allá después del Día del Juicio.

Cuando mueres, vuelves a un estado de no-existencia, exactamente como eras antes de nacer. En este estado, los pensamientos, las memorias, los sentimientos, el tiempo, la materia o el espacio no existen. Piensa en alguien que haya fallecido. Esta persona no tiene percepción del tiempo, ni pensamientos, o conciencia de la materia o el espacio de la misma manera de alguien que no ha sido aun concebido. Él o ella pertenecen a lo que no existe ahora mismo. Aunque tú estás viviendo tu vida, esa persona ha dejado de saber que el universo existe. Desde su última perspectiva, acabaron de respirar su último aliento. En verdad, ni siquiera tienen un último recuerdo de nada, tan solo el recuerdo de la no-existencia, como si nunca hubieran vivido.


Antes del comienzo del Día del Juicio, los cielos y la tierra serán destruidos. De acuerdo con el Corán, el sonido de una trompeta resonara a través de la tierra dos veces. La primera vez que suene sucederá la destrucción de los cielos y la tierra. En la segunda vez que suene la trompeta, billones de personas que han vivido en la tierra desde los comienzos de la humanidad hasta ese día se levantaran de sus tumbas. Este sera el Dia del Juicio (Coran 39:68-70).


Durante el periodo de tiempo entre tu muerte y tu resurgimiento hay una nada donde nunca exististe. Como hemos mencionado, en este estado no existirá el tiempo, el espacio, la material, los recuerdos o los sentimientos. Dios explica este estado usando el ejemplo de dormir cuando dice que despertarse de este sueño es “como una resurrección (نُشُورًا - nushoora), que es la misma palabra para la resurrección del Día del Juicio. (leer 25:40).


“Y El hizo la noche como cubierta para ti, duerme y descansa, y El hizo el dia un tiempo de Resurrección (نُشُورًا - nushoora)". (Qur'an 25:47)


La excusa de que los sueños se pueden experimentar mientras duermes no es válida porque para soñar se requiere un cerebro biológicamente funcional. Con la muerte, el cerebro está muerto.


La muerte lleva a una persona de un estado de vida a uno de complete no-existencia. Esta persona es re-ensamblada de nuevo por Dios en el segundo sonido de la trompeta. Para esta persona, el momento en el que su muerte ocurrió y el momento en el que se levanto paso como un simple parpadeo de ojos, sin tiempo entre un momento y otro (por lo que incluso más corto que un pestañeo), incluso si miles de años han pasado entre ellos. Esto es porque no había concepto de tiempo entre la muerte y la Resurrección. Dios lo explica así:


“Todo lo que esta oculto a la vista en los cielos y en la tierra pertenece a Dios. La llegada de la Hora del Juicio es como un pestañeo de ojos, incluso mas rápido: Dios tiene el poder sobre todas las cosas. (Corán 16:77)


En esta nada de la muerte, no hay castigo alguno, ya que solo existe la nada. El castigo es evaluado cuando la persona ha sido juzgada y el veredicto del Infierno es declarado de la manera que el Corán lo describe.

El sorprendimiento de los incrédulos levantados de sus tumbas indica que ellos no habían experimentado nada en sus tumbas. Si hubieran experimentado algún castigo, no estarían desconcertados tras la restauración de su vida. Estarían más bien desconcertados tras la realización de que la religión de Dios es la verdadera:

“La Trompeta sonara y a la de una saldrán de sus tumbas hacia su Señor. Ellos diran, Ah! Esto es para nosotros. Quien nos ha levantado de nuestro lugar de descanso? Esto es lo que Misericordioso nos ha prometido. Los mensajeros estaban diciendo la verdad.” (Corán 36:51-52)


Este es el verdadero entendimiento de la muerte, el Mas Alla, y el castigo explicado por Dios.

“Tienes otro libro el cual estudias? En el encuentras aquello que deseas encontrar? (Corán 68:37-38)


Dos estados de vida y de no-existencia


قَالُوا رَبَّنَا أَمَتَّنَا اثْنَتَيْنِ وَأَحْيَيْتَنَا اثْنَتَيْنِ فَاعْتَرَفْنَا بِذُنُوبِنَا فَهَلْ إِلَى خُرُوجٍ مِنْ سَبِيلٍ


“El dice: Nuestro Señor! Dos veces nos has hecho experimentar la muerte, y dos veces nos has dado vida, por lo que confesamos nuestras faltas; hay alguna manera de salvarse? (Corán 40:11)


Esta es la testificación de los incrédulos que son traídos a la vida en el Mas Allá. Ellos testifican que el periodo antes de su nacimiento en la tierra tenia la misma esencia que la no-existencia como el periodo entre su muerte y la resurrección. Sabemos esto porque la mismas palabras (أَمَتَّنَا - "causarnos la muerte") se usa para ambos casos. Solo en los dos otros casos ellos sintieron y experimentaron: la vida en la tierra y el Mas Allá. En otras palabras, no había sentimientos, tiempo, espacio, materia, o ninguna percepción sensorial asociada a la vida entre la muerte y la resurrección en la tierra. Este versículo da aun más fuerza a la descripción de los desconcertados incrédulos ante su resurrección mencionada en el 36:51-52, y de que no hay castigo en la tumba.


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