Autor: Abdennur Prado
La palabra árabe umma es traducida habitualmente como comunidad, pero también como nación, época o generación. Como trataremos de mostrar, el término tiene unas connotaciones que sobrepasan estas traducciones, y nos sitúan en un plano más amplio, o más originario. La palabra umma y sus variantes (ummatun, ummam) aparecen más de un centenar veces en el Corán, señalando a un grupo unido por unas características comunes.
Un error habitual consiste en pensar que de umma sólo hay una, que estaría formada por todos los musulmanes, con independencia de su raza o su nación 1. Hablar de “la umma” en términos genéricos, sin especificar de que umma se habla, es equívoco. El Corán da cuenta de la existencia de múltiples comunidades, y afirma que ésta diversidad ha sido algo querido por Al-lâh. Ni siquiera el nombre umma es exclusivo de una comunidad humana, pues también los genios (djunun, plural de djin) y los animales forman ummam (plural de umma): ver Corán 41: 25 y 6: 38.
Otro error consiste en equiparar una religión con una umma, como si todos los seguidores de una religión tuviesen que ser miembros de una misma umma. Pero en el Corán se afirma que Al-lâh dividió a los judíos en doce ummam:
"Y los dispersamos por toda la tierra en comunidades distintas; algunos fueron rectos y, otros, en absoluto". 2
(Corán 7: 168)
Este versículo señala hacia el hecho que queremos resaltar: una umma es una comunidad concreta, basada en una cercanía entre sus miembros, y no una abstracción política. Si miramos el diccionario, la palabra árabe umm significa al mismo tiempo madre, fuente, origen, principio, prototipo. La palabra umma denota primordialmente a una comunidad, un grupo de seres vivos con características y circunstancias comunes. Uniendo ambas palabras, podríamos hablar de una ‘matria’: la tierra materna, la tierra como madre. Umma se emplea como sinónimo de ‘pueblo’, ‘nación’, ‘especie’. Pero también tiene una connotación de ‘época’, como en algunos pasajes coránicos. Corán 11: 8 es un ejemplo. Dice Muhámmad Asad: “Entre los distintos significados que cabe atribuir al sustantivo umma, el más adecuado aquí es el de ‘tiempo’ o ‘período de tiempo’ (Samajshari, Ibn Kazir y otros comentaristas clásicos).” 3 Lo mismo se aplica a Corán 12: 44: “Según la mayoría de las autoridades, el nombre umma denota aquí ‘un tiempo’ o ‘un largo período de tiempo’.” 4
Para trasladar este sentido temporal, creemos que la palabra más apropiada –más que ‘época’ o ‘periodo de tiempo’- en estos pasajes sería la de ‘generación’, pues tiene la connotación de engendrar, de lo generatriz o primigenio. La ambigüedad entre las connotaciones de ‘comunidad’ y ‘generación’ aparece en la lectura de algunos pasajes del Corán:
"Y en verdad, hemos suscitado en el seno de cada umma a un Mensajero".
(Corán 16: 36)
"Pero un Día suscitaremos a un testigo de cada umma y entonces quienes ocultan la verdad no podrán alegar ignorancia, ni les será permitido ofrecer compensación".
(Corán 16: 84)
"Ciertamente, te hemos enviado con la verdad, como portador de buenas nuevas y como advertidor: pues no ha existido umma en el seno de la cual no haya muerto un advertidor".
(Corán 35: 24)
En todos estos versículos podríamos traducir umma tanto por generación como por comunidad. En una nota a este último versículo, Muhámmad Asad escribe:
“Uno de los significados del término umma (el que Samajshari señala como más apropiado en su comentario a este versículo) es ‘gente de una época’ o ‘tiempo’; otro es ‘gente de una clase’, e.d., ‘una nación’ o ‘una comunidad’ (que es el escogido por mí en este contexto). Si tomamos en consideración un tercer significado muy aceptado, a saber, ‘una forma de vida particular’ o ‘de conducta’ (Yauhari), el término ‘comunidad’ se aproxima, en este caso, al concepto moderno de ‘civilización’ en su sentido histórico.” 5
Al-lâh dice en el Corán que al principio la humanidad era una sola comunidad (umma wáhida), pero que luego empezaron a discrepar y a dispersarse, y entonces Al-lâh envió a los profetas con sucesivas revelaciones:
"Y la humanidad entera no era antaño sino una sola comunidad; y sólo más tarde empezaron a discrepar. Y de no haber sido por un decreto previo de vuestro Sustentador, ciertamente, todas sus diferencias hubieran sido resueltas".
(Corán 10: 19)
"La humanidad entera fue antaño una sola comunidad; y entonces Al-lâh les suscitó a los profetas..."
(Corán 2: 213)
La frase inicial de estos dos versículos podría tener otro significado (pero no en exclusiva):
Y la humanidad entera tiene un origen único (ummatan wahida).
Implícitamente: viene de una única madre (¿la tierra?). Una idea que se podría poner en paralelo al origen único de todos los humanos de una nafs, persona, alma o ‘si mismo’:
"Él es quien os ha creado de un solo ente vivo (nafs-i-wahida), del cual formó a la pareja, para que encontraran sosiego en ella".
(Corán 7: 189)
"¡Oh gentes! Sed conscientes de vuestro Sustentador, que os ha creado de un sólo ente vivo (nafs-i-wahida), del cual creó a su pareja y de esos dos hizo surgir a multitud de hombres y de mujeres".
(Corán 4: 1)
Todo apunta al origen común de todas las generaciones y comunidades, que se diversifican a partir de un único principio. El Corán deja claro en diferentes pasajes que esta diversidad (tanto de comunidades como de religiones) es algo querido por Al-lâh, y explica que su motivo es el propiciar el re-conocimiento entre tribus y naciones (ver 49:13, la famosa aleya del taaru’uf o conocimiento mutuo). Es esta dispersión desde el origen común lo que nos inserta en el ciclo de la profecía. El Corán dice una y otra vez que Al-lâh ha Enviado sucesivos mensajeros a las gentes, de entre los miembros de la umma en la que predican (10:47 / 16: 36 / 35: 24). Muchas de estas comunidades han rechazado a los Mensajeros de Al-lâh, y Al-lâh las ha castigado (11:102 / 7:4), a algunas inmediatamente, a otras en el transcurso de los años: ninguna comunidad está a salvo de la Ira de Al-lâh (7: 94-101). Y, de hecho, el Corán deja claro que toda comunidad humana está destinada a perecer:
"Y a cada comunidad le ha sido fijado un plazo."
(Corán 7: 34)
"Ninguna comunidad esta a salvo o puede escapar a su decreto: Y no existe comunidad que no vayamos a destruir antes del Día de la Resurrección, o a castigar con un castigo severo."
(Corán 17: 58)
Por ello no es apropiado unificar como una misma umma a grupos que hayan vivido en tiempos y contextos diferentes. Los judíos actuales no pueden decir que pertenecen a la misma comunidad a la que pertenecieron Moisés, Abraham o Jacob, pues estas comunidades han desaparecido, y los unos no responden por los otros:
"Y esto fue lo que Abraham legó a sus hijos, y Jacob… Esa es una comunidad ya desaparecida; recibirán lo que se hayan ganado, como recibiréis vosotros lo que os hayáis ganado; y no seréis juzgados por lo que hicieron."
(Corán 2: 132)
Por la misma razón resulta impropio el hacer equivalente la umma de Muhámmad o comunidad profética de Medina con la totalidad de los musulmanes en cualquier tiempo o lugar, como si el Corán estableciese una especie de identidad transnacional, o como si el concepto de comunidad sobrepasase el marco de una comunidad concreta.
Actualmente, resulta evidente que los musulmanes no forman una sóla umma. Igual que Al-lâh dice en el Corán que la umma de Abraham ha desaparecido, debemos decir lo mismo de la umma de Muhámmad y sus Compañeros: pertenece a su tiempo. Cualquier intento de apropiación o de sentirse pertenecer a ella no es sino un autoengaño, que denota la incapacidad de seguir el ejemplo del Profeta y de crear (o recrear) una umma en el presente, según el modelo de la comunidad profética, entendido como un prototipo (uno de los sentidos de la palabra umm). Para que esto sea posible, debemos partir de la conciencia de lo que el Corán nos dice: esta es una comunidad desaparecida, y no seremos juzgados por lo que hicieron, sino por nuestras propias obras, aquí y ahora.
Existe otra connotación de la palabra umma que queremos introducir, relacionada con la calificación de Muhámmad como profeta ummí y la relación entre umma y escritura:
"A quienes sigan al Enviado, al Profeta ummi… Confiaros a Al-lâh y en su Enviado, el Profeta ummi."
(Corán 7: 156-158)
"Él es quien ha suscitado para los ummiyún un enviado de entre ellos, para que les transmita Sus mensajes."
(Corán 62: 2)
El Profeta es ummí y surge de entre los ummiyún. Generalmente estas palabras han sido traducidas como iletrado/iletrados, o también gentil/gentiles. Se dice que el Profeta no sabía ni leer ni escribir. Según Rasi, la expresión ummiyún se refiere a una comunidad que no ha recibido con anterioridad una revelación propia, en forma de escritura. En su estudio Sobre el profeta ummí, el Ayatullah Murtaza Muttahari escribe lo siguiente:
La mayoría de los comentaristas Dicen que esta palabra viene de umm (madre) y el ummi sería aquel que ha quedado, en cuanto al conocimiento de la escritura y de las ciencias humanas, en el estado en que su madre lo trajo al mundo. También dicen que esta palabra viene de umma (comunidad): el ummi es aquel que ha permanecido en el primer estado en que ha sido creado. (…) La raíz de la palabra ummí es, o bien umm (madre) o bien umma (comunidad), que significa “permanecer en el estado natural del nacimiento”. 6
En todas las acepciones ofrecidas, aparece la connotación de un estado natural anterior a la cultura o a cualquier forma de saber humano. En otros lugares se establece una oposición entre ahl al-kitab y ummiyyun, como dos categorías:
"Dí a quienes recibieron el Libro y a los ummiyyin…"
(Corán 3: 20)
Pero la oposición desaparece en otro versículo, donde el calificativo de ummiyyun es aplicado, de forma no muy halagadora, a grupos de judíos, aunque son considerados como “Gentes del Libro”:
"Entre ellos hay ummiyyun que no conocen la escritura…"
(Corán 2: 78)
Según la traducción de Muhámmad Asad:
"Entre ellos hay gente iletrada sin conocimiento directo de la escritura divina que siguen solo fantasías y se basan en meras suposiciones. ¡Ay de aquellos que escriben con sus manos algo que alegan ser la escritura divina y luego dicen: “Esto viene de Dios” para obtener con ello un provecho insignificante. ¡Hay de ellos por lo que han escrito sus manos!"
(Corán 2: 78-79)
Sin embargo, ¿acaso esta traducción no es contradictoria? Si los ummiyyun a los que hace referencia son iletrados, ¿cómo van a “escribir con sus manos…”? Más bien, creemos que debe entenderse este pasaje del siguiente modo: hay entre ellos gente que no tiene un conocimiento libresco. ¡Hay de aquellos que atribuyen a Al-lâh sus propias elucubraciones! En este caso, el término ummiyyun no sería despectivo, como en la traducción de Asad, sino todo lo contrario. Los ummiyyun serían aquellos que, más allá de si saben leer o no, tienen un conocimiento inmediato de las cosas, no mediatizado por el saber libresco o inventado, que ellos proyectan sobra la realidad para sacar provecho de ello. Además: el Corán dice kitab, libro o escritura, y no “escritura divina” como traduce Asad.
En todo caso, estos versículos establecen una oposición entre ummí y escritura. Pero esta oposición es una relación: el Profeta puede recibir la revelación precisamente por ser ummí. Entonces tenemos una oposición entre kitab como conocimiento inventado, desvinculado de la realidad, y el kitab como revelación, relacionada con el carácter ummí de los que la reciben. Por ello debemos descartar que el término ummí, aplicado al Profeta, signifique iletrado o analfabeto, términos puramente negativos. El sentido de ummí no es la negación de algo, sino la afirmación de una condición originaria. Ummí hace referencia al ser humano en tanto recipiente puro. Según Seyyed Hosein Nasr, el Profeta tiene que ser iletrado por la misma razón por la que la Virgen María tiene que ser virgen. La Palabra Divina sólo puede escribirse sobre la tabla pura de la receptividad humana 7. La naturaleza ummí del Profeta significa que el receptáculo humano es pasivo/receptivo ante lo Divino: no deforma la Palabra de Al-lâh mediante la aplicación o proyección de categorías previas. Por ello decimos que no se puede recibir la revelación fuera del paradigma de lo ummí, en el sentido amplio: no hay revelación fuera de un estado de pureza originaria, de la conexión con la tierra como madre, de la conciencia de la humanidad como comunidad de origen.
Todo este excurso nos ayuda a comprender el sentido de la umma. Tenemos pues un campo semántico que incluye las ideas de lo materno o primigenio, de un saber natural y no construido, de lo epocal o generacional, de la comunidad como grupo humano concreto, unido por lazos reales y no meramente por abstracciones o por razón de ideología. Por todo ello, decimos que una comunidad islámica no puede ser pensada como una superestructura o un enunciado de poder o de organización política, sino más bien como una célula viva caracterizada por la cercanía y los vínculos directos entre todos los miembros de dicha comunidad 8.
Una umma no es un límite sino un mundo compartido. Nos remite a lo maternal y originario como vínculo anterior a la cultura. Pero también puede ampliarse y componerse de tribus y seguidores de religiones diferentes. La Constitución de Medina, a la que hemos hecho referencia anteriormente, afirma en un primer momento que los creyentes forman una umma separada:
2. Los musulmanes son una sola comunidad aparte del resto de la gente.
Pero luego afirma que las tribus judías forman una sola umma con los musulmanes:
19. Los judíos de Banu Auf y el resto de tribus judías de Medina son una sola comunidad con los creyentes. A los judíos les incumbe su din modo de vida, sus protegidos y su hacienda, y los musulmanes tendrán el suyo, excepto quien obre iniquidad de ambos grupos y delinca, el que por cierto solamente se perjudica a sí mismo y a su familia.
Esta frase, promovida y firmada por el Profeta Muhámmad, rompe con la idea de la umma entendida en términos de exclusivismo religioso. Cada umma forma una unidad, pero esta no la aísla de las otras comunidades, sino todo lo contrario: es su carácter de umma lo que les permite confederarse y generar estructuras más amplias, a partir de este núcleo de vida en común originario. La posibilidad de que musulmanes, judíos y cristianos formen parte de una misma umma no es extraña. Aunque el Corán critique a judíos y cristianos por sus “exageraciones” (considerarse el pueblo elegido o considerar a Jesús como dios), también nos dice que existen algunos entre ellos que forman una comunidad moderada:
"Algunos de ellos constituyen una comunidad moderada (umma muqtasida)."
(Corán 5: 65)
Este es el comentario de Razi sobre el significado de la expresión umma muqtasida:
“Primero, significa que aquellos que son musulmanes de entre las gentes de la escritura, como ‘Abd-Al-lâh b. Salâm de los judíos y el Negus de los cristianos, puesto que ellos están en el lado moderado de su religión, y en su camino correcto, sin tender hacia posturas exageradas ni hacia la negligencia. Segundo, se refiere a los no musulmanes de entre las gentes de la escritura que son justos en su religión, en ellos no hay ni salvajismo extremo ni rudeza completa, tal y como dice Al-lâh: “Y entre las Gentes del Libro hay algunos que, si les confías un tesoro, te lo devuelven” (Corán 3:75)” 9.
Esta calificación de judíos y cristianos como umma muqtasida es similar a lo que el Corán nos dice sobre la umma de los musulmanes, calificada como umma wasat:
"Y hemos hecho así de vosotros una comunidad intermedia (umma wasat), para que deis testimonio de la verdad ante toda la humanidad y para que el Enviado de testimonio de ella ante vosotros."
(Corán 2:142-143)
Si el Corán califica a la comunidad islámica como “centrada”, “intermedia” o “de en medio” y a los judíos y cristianos rectos como miembros de una “comunidad moderada”, parece comprensible que el Profeta aceptase en la Carta de Medina la posibilidad de que los judíos formen una sola comunidad con los musulmanes. Si lo pensamos bien, esto es perfectamente lógico: los cristianos árabes sirios pueden estar mucho más cerca (geográfica y culturalmente) de los musulmanes árabes sirios que no los musulmanes de Indonesia. En cualquier caso, esto no implicaría el seguir las mismas leyes, normas o costumbres, sino el compartir un espacio común y unos objetivos básicos que hagan posible la convivencia. Pues cada comunidad o individuo dentro de la comunidad islámica el tiene derecho (más bien la obligación) de regirse por sus propias normas:
"Y a cada comunidad le hemos asignado un acto de adoración…"
(Corán 22: 34)
"Hemos asignado a cada comunidad formas de adoración, que deberían observar."
(Corán 22: 67)
"A cada uno le hemos asignado una sharia y un modo de vida. Y si Al-lâh hubiera querido, cierta-mente, os habría hecho una sola comunidad: pero lo dispuso así para probaros en lo que os ha dado. ¡Competid, pues, unos con otros en hacer buenas obras! Habréis de volver to-dos a Al-lâh: y, entonces, Él os hará entender aquello sobre lo que discrepábais."
(Corán 5:48)
Esta diversidad de formas de adoración internas no debería ser un problema para la convivencia, sino todo lo contrario, un estímulo. Pero esto a condición de que ninguna de ellas se sitúe por encima de las otras:
"Cada comunidad se vuelve en una dirección que le es propia. Así pues, rivalizad en buenas obras. Dondequiera que estéis, Al-lâh os reunirá a todos ante Él."
(Corán 2: 147-148)
Cada comunidad tiene su propia dirección, que mantiene unidos a sus miembros, más allá de las individualidades, y más allá de lo que une a los miembros de otra comunidad. Pero este elemento de unión no es exterior, no es cultural o político, sino originario. Se trata de un grupo unido por la idea de un origen común, de la cual la comunidad de Adán (la humanidad) permanece como el arquetipo común a todas las comunidades. De la comunidad de Adán formamos parte todos los seres humanos, pero ésta es una comunidad desaparecida. Al-lâh ha querido que existan múltiples comunidades, y estas pueden convivir y formar comunidades más amplias entre ellas. La imagen resultante es la de múltiples comunidades que se sitúan más allá de la religión, la nación o el territorio, grupos humanos vinculados entre sí, conviviendo con otros grupos humanos y formando comunidades más amplias mediante pactos, jamás mediante la imposición de la Sharia de una comunidad sobre las otras. La base de esta confederación de comunidades radica en la conciencia del origen común de la humanidad. Más allá de la multiplicidad de sus manifestaciones, todos los seres humanos son hermanos, todos somos Hijos de Adán.
Inevitablemente, cada una de estas comunidades tiende a considerarse a si misma como un parámetro de validez universal. Esto es comprensible, pues cada uno considera su forma de vida como lo normal, y tiende a ver como extrañas las costumbres de los otros. Por eso, la única solución es el respeto mutuo, que los el Corán hace extensivo a todos, incluidos los politeístas o los mushrikún (Corán 6: 108).
Notas1 Un error repetido por orientalistas, y que hace inservibles muchos de sus trabajos. C. A. O. van Nieuwenhuijze escribe: “Islam knows of one cumunity only, namely the comunity of the faithfull, ummah” (The Ummah: An Analytic Approach, by, Studia Islamica, No. 10 (1959), pp. 5-22.2 Ver también Corán 7: 160.3 El Mensaje del Qur’án, ed. Junta Islámica, p.307.4 Ídem, p.340.5 Ídem, p.657.6 El Profeta ummí, en Webislam. El autor discute las tesis de aquellos que defienden que el Profeta sí sabía leer y/o escribir, en concreto con Sayyid Abdullatif Haidarabadi.7 El Corán: Palabra de Al-lâh, fuente de conocimiento y de acción8 Como dice Raimón Panikker: “entre la ideología monista del imperio y el atomismo de los estados, está la realidad de las naciones, tribus, pueblos, étnias. Sus relaciones internas se parecen más a los de un organismo que a los de los individuos de una organización” (L’esperit de la política, ed. 62, Barcelona 1999, p.110).9 Asma Afsaruddin. Exegeses of "Moderation": Negotiating the Boundaries of Pluralism and Exclusion. The Good Society - Volume 16, Number 2, 2007, pp. 1-9. Y George C. Decasa, The quranic concept of umma and its function in Philippine Muslim society.
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