Autor: A. Muhammad ,traducido por Xavier Jiménez del original "The myth of Islamic Names" con la autorización de su autor y de "TRUE ISLAM".
Tristemente ocurren casos en los que cuando una persona desea convertirse al Islam esta persona es inmediatamente bombardeada por aquellos que se autoproclaman custodios de la fe con una serie de requerimientos ridículos por los que esta persona tiene que pasar para poder ser musulmán.
Uno de estos requerimientos sin base coránica es la necesidad de cambiarse el nombre y adoptar un nuevo nombre islámico. No solo el concepto de “nombre islámico” es un concepto falso, si no que es también una innovación sin base en el Corán. Con referencia directa al Corán se puede demostrar que no existe nada parecido al concepto de “nombre islámico”. El Corán destaca el hecho de que Islam (Sumisión a Dios) es un estado del corazón y no un nombre o etiqueta puesta sobre la persona convertida.
Los requerimientos dados por Dios a cualquier persona para ser musulmán son simples para que esta persona proclame su sumisión a Dios solo. No hay mención ninguna en el Corán de la necesidad de cambiarse el nombre por uno “islámico”, así que ¿de dónde viene esta innovación?
Demos un vistazo de cerca al concepto de “nombres islámicos”.
Si eres un hombre que desea adoptar el Islam te aconsejaran elegir un nombre como Muhammad, Ali, o Ahmad, etc. Si eres una mujer, te aconsejaran elegir nombres como Khadija, Fatma, o Zeinab, etc.
¿Son estos nombres realmente “islámicos”, o son meramente nombres árabes? Más aun, ¿existen los nombres islámicos?
La respuesta para la primera pregunta es que estos nombres son de hecho nombres árabes. La evidencia de esto reside de hecho en el Corán.
Se nos dice en el Corán que Abraham y sus hijos eran musulmanes:
Abraham no era ni Judío, ni Cristiano; era un monoteísta Musulmán y no era uno de los mushrikeen (3:67)
También leemos como los descendientes de Abraham eran también musulmanes:
O fuiste testigo cuando la muerte le llego a Jacob, cuando le dijo a sus hijos, “Que adorareis una vez que me haya ido?”. Ellos respondieron, “Adoraremos a tu Dios y al Dios de tus padres; Abraham, Ismael y Isaac. Un Dios, y a Él nos sometemos” (2:133)
Todos los creyentes después de Abraham y sus descendientes también fueron musulmanes. En el siguiente versículo leemos que Jesús y sus discípulos eran también musulmanes:
Y cuando Yo inspire a los discípulos: “Creen en Mi y en Mi mensajero. “ Ellos dijeron, “hemos creído, así que Se testigo de que somos musulmanes” 5:111
Del Corán aprendemos que todos los creyentes desde tiempos de Abraham en adelante eran musulmanes. Esto incluye a los profetas como Lot, Jacob e Isaac y también a los discípulos como Pedro, Juan y Mateo.
Si miramos detenidamente a algunos de estos nombres como Lot, Jacob, Isaac, Pedro, Mateo, y los comparamos con algunos de los nombres de hoy en día, encontramos que algunos de ellos son de hecho nombres usados por los judíos como Jacobo e Isaac, mientras que otros con nombres usados por los cristianos como Pedro y Mateo, y aun así todos estos nombres pertenecieron a hombres que eran musulmanes.
Como resultado, nos deberíamos preguntar si nombres árabes como Muhammad, Ahmed, Khadijah y Fatima deberían de ser descritos como “nombres islámicos”, o meramente como nombres árabes.
En adición a todos estos llamados nombres islámicos como Zaid, Hussein, Ahmed, Umar, Khadijah, Fatima o Zeinab vemos que pertenecieron a personas que de hecho practicaban idolatría en Meca hasta que el Corán fue revelado adoptando entonces el Islam.
¿Ninguno de los buenos musulmanes como Lot, Isaac, Jacob o Pedro, tuvo que pasar por ninguna norma hecha por el hombre y cambiar su nombre para poder ser musulmán, verdad?.
¿Por qué entonces hoy en día hay Imanes que aconsejan a los nuevos conversos para que cambien su nombre a uno más “islámico”?
Una de las costumbres que mas se enseña a los musulmanes desde que nacen es la de tener un aprecio excesivo, rozando casi la idolatría, por todos los profetas, sus familiares y compañeros. Los musulmanes crecen creyendo que todos los familiares y compañeros de Muhammad eran como santos. Como resultado, creen que llamar a sus hijos con el nombre de uno de los familiares del profeta es una especie de bendición para el niño.
Igualmente creen que el converso que cambia su nombre a uno de los llamados “nombres islámicos” trate consigo las bendiciones de Dios. Esto explica el porque de esta costumbre.
Haciéndolo, ignoran totalmente el hecho de que Dios nunca da importancia a los nombres que no aparecen en el Corán. El Corán constantemente confirma que aquellos que serán salvados en el Mas Allá serán aquellos que llegan a Dios con corazones devotos, y no dice nada de que salvara a los que lleguen con nombres de familiares del profeta.
El paraíso se puso cerca de los devotos, no lejos. Esto es lo que se te prometió. Esta para todos los devotos arrepentidos, aquel que teme al Todo Poderoso sin verlo y llego con un corazón penitente. Entra en paz. Este es el Día de la Inmortalidad. (50:31-34)
En realidad, el hecho de hacerse musulmán con lleva necesariamente que esa persona abandone su idolatría pero no su identidad.
El Corán también nos dice que es Dios que da nombre a todo.
Y Le mostró a Adán todos los nombres. (2:31)
Es Dios que llamo al árbol “árbol” y al mar “mar”. Es también Dios quien nos Dios nuestros nombres. Cuando nuestros padres nos dan un nombre, son inspirados por Dios. Cada uno de nosotros tiene un nombre que fue dado por Dios antes de que naciéramos. El Corán confirma esta verdad en los siguientes versículos:
Cuando los ángeles dijeron. “Oh María, Dios te da noticias de una Palabra de el cuyo nombre es el Mesías, Jesús hijo de María, distinguido en este mundo y en el Mas Allá, y entre los que están cerca. (3:45)
Oh Zacarías, te Hemos dado noticias de un niño cuyo nombre es Juan. No Hemos dado este nombre antes a nadie. (19:7)
Si nuestros nombres han sido dados por Dios, ¿hay alguna razón para cambiarlos cuando aceptamos a Dios?, ¿no deberíamos de aceptar todo lo que Dios nos ha dado, incluido el nombre?
Más aún, ya que el Islam es una fe universal que no hace distinción entre ninguna cultura, raza o color, el hecho de insistir en cambiarse el nombre por uno árabe, pensando que es más islámico, no hace a la persona musulmana de ninguna manera, lo que hace es alienarla y sacarla de la universalidad del Islam.
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